Empezar D.0

una nueva vida, un cambio radical, un sueño cumplido, tu lugar en el mundo...



Con las historias que se expliquen en este blog también pretendo contagiar las ganas de cambiar de vida, sobretodo si no estamos contentos con una realidad que no hemos podido elegir o que simplemente ya no nos satisface. El estancamiento, la resignación o el "modo automático" de vida nos hacen más permeables tanto a los virus y la enfermedad como a la manipulación de todo tipo. Romper con ese círculo de energía estancada nos inocula fuerza, creatividad, ilusión y ganas de vivir, pero sobretodo entusiasmo por seguir aprendiendo y mejorando.

La alegría, la risa, el humor son nuestros mejores aliados para ir derribando barreras.


La búsqueda está estrechamente ligada con el compromiso. Cuando se encuentra el lugar, a veces de manera fortuita, la implicación y la entrega surgen como consecuencia de un encaje de piezas que no siempre es fácil que se dé a la primera. Esta deliciosa película de Adolfo Aristarain totalmente atemporal nos acerca a las vidas de personas que transforman y mejoran el lugar que les acoge y que a la vez les nutre y llena.

Ambientado en un particular momento de la historia argentina, este bello y complejo filme narra la historia de Ernesto, un niño cuyos idealistas padres (un profesor y una doctora) han elegido enterrarse en la provincia, dando educación y salud a los necesitados de la región. Su opción de vida tiene fuertes raíces políticas, como lo entiende Hans, un geólogo cuya misión en la zona podría ser catastrófica para el proyecto de vida de la pareja.

La película que rescatamos hoy de un olvido inmerecido (nunca suele aparecer en listas, muchos ni siquiera la han visto…) merece la pena por diversos motivos. No sólo porque en su día se llevara la concha de oro del festival de San Sebastián, ni porque, por una vez, crítica y público se pusieran de acuerdo en escogerla. Si a todo esto le añadimos una interpretación excelente (Federico Luppi, José Sacristán, Cecilia Roth…), una buena historia, y una dirección magistral (al menos eso dicen los entendidos), y si le sumamos el interés que tiene la película como retrato de una forma de vida, como expresión de una crítica social más que necesaria, pues tenemos todos los ingredientes para incluirla entre las películas que dan que pensar, que interpelan al espectador después de haberlas visto, y que nos pueden abrir a un nuevo terreno de análisis y reflexión sobre la realidad. Una película con potencial educativo y filosófico.
[texto extraído de aquí]

Ella estaba en el horizonte.
Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la Utopía?
Para eso sirve: para caminar.

Eduardo Galeano


El sueño truncado



La película Revolutionary Road, basada en una novela de Richard Yates, escrita en 1961
, muestra un momento muy especial de las vidas de dos personas insatisfechas con su realidad y que toman la decisión de apostar por un nuevo comienzo. Viven ese espacio mágico de tiempo donde se te ensancha un poquito el corazón y la promesa de un futuro mejor incluso te eleva un poquito del suelo. Un tiempo que aún no existe pero que mejora significativamente el presente, dotándolo de una intensidad y una fuerza arrolladoras. Los personajes crecen, se conectan, forman un equipo indisoluble que se enfrenta a las fuerzas estáticas y escépticas del entorno y, por un momento, intentan creer con todas sus fuerzas que otra vida es posible más allá de la calle Revolución. Desgraciadamente, no contaban con la aparición inesperada de un invitado incómodo que, en este caso, logra escindir el bloque macizo que habían logrado reconstruir estos seres perdidos: el miedo.






"En 1960 Mauricio partió hacia Ecuador, yo le seguí un año más tarde; en julio de 1961 emprendí un viaje hacia lo desconocido que todavía hoy no ha concluido. Estoy segura de que cualquier persona que haya viajado por Suramérica conocerá aquella sensación de llegar a un país donde nada es igual que en casa: empezando por el aire, los olores, los sonidos, la lengua, la comida y el sentido del tiempo, y continuando con lo que es importante o no, lo que puede causar risa o llanto, el modo de correr o de bailar."
En una carta me escribía: "Si aquí esperas encontrar algo hermoso o que te sea familiar, será mejor que te quedes allá. No esperes más que mi amor y la esperanza de llegar juntos a la realización de algo cuyo aspecto todavía desconocemos". Por cierto, hay que decir que, con nuestros 22 años, teníamos ideas muy vagas de aquello que queríamos realizar, sin embargo, suponíamos que ante nosotros se trazaría un camino hacia dentro y hacia fuera."

Y efectivamente el camino se trazó y Mauricio y Rebeca Wild crearon en Ecuador un proyecto educativo innovador llamado "Pestalozzi", que narran con todo detalle en este magnifíco e inspirador libro.
Por aquel entonces, narra Rebeca en el libro: "El futuro no nos preocupaba, vivíamos de día en día de una forma que sólo parece posible en el trópico y disfrutábamos de una vida en la que no había responsabilidades que nos agobiaran, una vida casi exclusivamente dedicada a nuestros propios intereses. (...) Sin embargo, poco a poco empezamos a sentir un cierto malestar. Era evidente que evitar el "mundanal ruido" o la necesidad de ganar más dinero nos acercaba tan poco a nuestro anhelado "camino interior" como nuestros ejercicios diarios de yoga o la lectura de libros que describían ese tipo de caminos."

Con el nacimiento de sus hijos se empezaron a plantear el tipo de educación que les querían proporcionar y poco a poco se fue gestando la escuela activa que ha funcionado durante más de 20 años. Un ejemplo de dedicación, tesón, evolución y mucho, mucho arte y valor para crear de cero un sueño que ni se imaginaban que tenían.

Fruto de un innovador proyecto educativo, vivido en el seno de la familia y de la comunidad "Educar para ser" explica a padres y maestros cómo crear un ambiente en el que los niños crezcan llenos de curiosidad y seguros de sí mismos y de su entorno.

Vídeo del proyecto en Ecuador